Pobre, seco, calizo y cubierto de piedras, las condiciones no eran demasiado halagüeñas pero ya que, y según los archivos locales, allí había crecido una vez la vid; nos aventuramos a plantar viñedo.
Aquí, en el corazón de la Ribera del Duero, en la meseta central de España, a una altitud de aprox. 800 m, donde los inviernos son muy fríos y los veranos extremadamente calurosos, donde la diferencia de temperatura entre día y noche puede variar hasta 25º; plantamos nuestras primeras 10 hectáreas en el año 1989.
Áspero y rústico, como nuestra ubicación; Cantaburros, también nos pareció un nombre perfecto para un vino producido en tales circunstancias.
En 1996 decidimos construir, nuestra propia bodega, con el único objetivo de evitar tener que vender los frutos del trabajo de todo un año en un solo dia.
En 1997 inaugurabamos nuestro bodega que implicaba un nuevo reto; descubrir los secretos de hacer buen vino. Poco después obtuvimos los certificados que verifican que nuestro viñedo es ecológico y al año la misma clasificación para la bodega.
Nos referimos a nuestra bodega como «la fabrica de vino» ya que no posee ningún otro atributo.
En grandes depósitos de acero controlamos los procesos de fermentación que convierten el mosto en vino. Al conocer las características de cada hectárea de viñedo, sabemos de antemano qué zona es la más indicada para cada tipo de vino.
Los vinos destinados a la crianza en madera se trasvasan a barricas en las que permanecen entre 6 meses y 24 meses según su designación.